No recaeré
Renaciendo de las cenizas de esta soledad, me levanto y me dispongo a vivir. Desanimada, inconsciente de lo que pueda llegar a pasar; camino de nuevo. Manteniendo la mente en blanco, me independizo de ella y vuelvo a vivir por mi cuenta. Deseame suerte le dije, y con un gesto vulgar me despidió. Ella lo sabe, sabe que la necesito, pero también sabe que es el veneno más fuerte y mortal .
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