domingo, 4 de noviembre de 2012

Antes de su llegada

Me destruí el cráneo en miles de pedazos; mi cuerpo muerto cayó al suelo. Nadie lo notó, a nadie le importó pero mi cuerpo siguió así. Pasaron las semanas, los meses; no esperaba nada . 
El momento más siniestro fue cuando me di cuenta que seguía con vida y que podía moverme desde hace tanto tiempo ya. Me levanté frustrada, y mi mente no hizo más que carcomerme viva. Podía sentir como mis heridas me quemaban, como todo el dolor se concentraba y me lastimaba.
Quería poder morir, quería dejar de sentir ese "nada", quería ser algo ... alguien .

No hay comentarios:

Publicar un comentario