Y acá estoy, probando de mil maneras distintas poder librarme de aquello que por semanas me ha quitado el sueño. ¿El problema? El miedo está volviendo. El miedo a que todos a mi alrededor caigan.
Si. Todos comienzan a enfermarse, puedo sentirlo, incluso enfermarme yo también. Siempre me dio miedo.
Cómo él.
Él se murió.
¿Y?
Me dejó este sabor a metal en el pecho.
Probablemente lo hubiese acompañado, eso me asusta.
O no lo hubiese detenido, eso me asusta más.
Aunque ya no me importa. Nunca me importó.
¿Por qué no tengo el valor a de decir: "Quédate conmigo"?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario