Algún día, dame un ramo de flores. No para mí, sino para mi alma, que cansada y ansiosa, las recuerda cada noche. A veces las ve amarillas y otras rojas, incluso en días de lluvia y fechas patrias, pero siempre sos vos quién las entrega. Vos le das la calma y la tranquilidad. Vos le das todo. Todo lo que ellas no pueden. Y cuando, y sin espera, marchiten, puedo yo, quizás, darte un ramo de flores a vos. Algún día.
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