Capricho, probablemente. Mi vida no tiene sentido sin su voz, mi mundo habita en sus ojos los cuales probablemente se estén apagando, incluso ahora. Incluso ahora sigo temblando y sé que seguiré haciéndolo hasta poder verlo a salvo. Irme, irme por siempre si él se va.
Todo tiene sentido si agarra mi mano todos los días. Todo es destruido cuando el es devastado por las duras manos de los insensibles. Insensibles, está claro; poca justicia, poco mundo ¿Qué saben ellos? Justicia ciertamente es lo que no hay, es lo que no hay, cariño.
Mis ojos, explotando sangre, quieren seguir viéndote. Viéndote resistir ante la dominación que tu llamas karma. Viéndote vivir por un estúpido y egoísta capricho de la anfitriona, yo. Yo, ante todos me presento, soy la hipersensible destructura de cordura. La cuya piel ha sido profanada por cuchillas kilómetros atrás. Kilómetros es la distancia entre la muerte y el amor.
Por ahora, solo me limitaré, a seguir golpeando mi cabeza contra el suelo, en silencio.
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